Cuanto
más grandes las aves, más miedosas son, es difícil acercarse, hay que tener una
paciencia ilimitada. Mantienen un área de confort que si uno pasa el límite levanta
vuelo. En el caso de la que se ve entre pajonales su alejamiento era paso a
paso. Yo me acercaba un metro, ella se alejaba un metro, así rato largo. También fotografiada desde el kayac.
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