martes, 28 de mayo de 2013

Los picaflores de mi jardín


Si bien en nuestro país hay picaflores que habitan todo el año, cuando llega la primavera hay una explosión de movimiento en nuestros jardines.
Estas pequeñas aves nos brindan proezas aéreas sin parangón alguno. Vuelos de alta velocidad, suspensión en el aire, persecuciones y un despliegue de belleza como pocos. No hay quien no quede absorto frente a estos pequeños animalitos y con paciencia es posible disfrutarlos de cerca y hasta darle de comer en nuestras manos.
Los siguientes son tres especies comunes de ver en nuestros jardines, pero no por ello dejan de ser una maravilla.
PICAFLOR VERDE
Chlorostilbon aureoventris
Es una especie común al comienzo de la primavera, que nos brinda su belleza hasta el otoño.
De apenas 7 cm de longitud y con un peso aproximado a los 3,5 grs. es un acérrimo defensor de su territorio.
Presentan un plumaje muy vistoso, especialmente el macho. La estructura particular de sus plumas y la incidencia de la luz sobre ellas, los hacen ver de brillantes colores tornasolados.
El macho es de color verde brillante con reflejos azulados, posee una cola azul oscura. Su pico de unos 2 cm de largo es de color rojo con ápice negro.  La hembra si bien carece de tanto colorido es de gran belleza. Su dorso es de un verde más pálido mientras que su zona ventral es de color grisáceo muy claro con algunas manchitas verdes. Posee cejas de igual color que su vientre y su pico es más bien gris con una coloración rosa anaranjado en su base. Su cola azul presenta unas manchas blancas en las puntas de las plumas que van desapareciendo hacia el centro de la cola.



Generalmente se los ve solos, salvo que haya una oferta muy grande de alimento. Suelen detenerse frente a la flor y a veces girar alrededor de ella para luego libar y volver hacia atrás para nuevamente volver a la flor en una verdadera danza.
En defensa de su alimento suelen perseguirse a gran velocidad desapareciendo del jardín y regresando al rato para posarse en una ramita que le permita vigilar su territorio. Allí se acicala y estira en un merecido descanso que generalmente  poco le dura y es  interrumpido por el acoso de los demás picaflores.

Construyen un nido colgado en forma de tacita, generalmente a baja altura, es hecho de palitos, fibras vegetales, unidas con telas de araña y revestido con líquenes. Allí la hembra pone generalmente dos huevos de color blanco que incubará por unos 15 días. Luego se encargará sola de sus pichones siendo muy territorial en cuanto al nido respecta, no dudando en pararse a poca distancia de los humanos para quejarse por su proximidad al nido.
Su alimentación consiste al igual que el resto de los picaflores en néctar de  flores y de pequeños insectos.











PICAFLOR BRONCEADO
Hylocharis chrysura
De similar tamaño y peso que el Picaflor Verde (  ), el Picaflor Bronceado es una verdadera maravilla, especialmente bajo la luz solar.
El macho es de color marrón bronceado con un pico rojo con ápice oscuro, mientras que la hembra posee colores más apagados y su pecho es un tanto más grisáceo. La cola de estas aves es de un brillo dorado espectacular.
Al igual que los otros dos, el Picaflor Dorado defiende mucho su territorio brindándonos magníficas acrobacias y combates aéreos.
Es bastante confiado y suele posarse en ramas visibles para emitir su canto.
Se alimenta de néctar complementando su dieta con pequeños insectos.
Habita durante todo el año en nuestro territorio, donde nidifica. También al igual que las otras dos especies, la hembra construye el nido, cuida los huevos y alimenta a los pichones.


PICAFLOR GARGANTA BLANCA
Leucochloris albicollis
Cuando este picaflor aparece en la escena, tanto el Picaflor Verde como el Bronceado quedan fuera del territorio. Es sin dudas el más agresivo de los tres, pero eso no quiere decir que los otros no sigan insistiendo en libar las flores. Defiende su alimento a “capa y espada” y no está mal decirlo ya que tiene pico semejante a un sable. Lo he visto dejar libar a una hembra de picaflor Verde de vez en cuando durante la tardecita y no se si es por estar cansado de las corridas o por la singular belleza de la hembra. Los combates aéreos son fuertes de verdad, se impactan en el aire y se persiguen por largas distancias.



En esta especie no hay dimorfismo sexual, tienen la característica mancha blanca en la garganta que le da el nombre al ave, sigue este color también por el vientre pero con una pechera verde que separa el blanco. Su cola es verde con la punta de las plumas blancas. Su pico es oscuro y tiene la parte inferior de color rojizo, desde su  punta hasta la punta de la cola hay entre  9 a 10 cm. de longitud. Su peso está en el orden de los 7 gramos.
Al igual que el Picaflor Verde, construye un nido en forma de tacita en el que pone en general dos huevos blancos. La incubación de los mismos y el posterior cuidado de los pichones los realiza la hembra.
Se alimenta de néctar de diversas flores y de insectos que llega a capturar en vuelo.
Esta belleza de ave la podemos observar y disfrutar durante todo el año, y al igual que el Picaflor Bronceado no migra.