jueves, 18 de junio de 2015

Dorado

Estos pequeños son siempre de mi admiración, su belleza es innegable, especialmente el macho que pinta los árboles de un magnífico amarillo.  Se alimentan en el suelo y cada tanto la bandada toma vuelo y posan sobre las ramas de algún arbusto bajando así del cielo un pedacito de sol.







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