Mientras fotografiaba el nuevo sendero de pastizal de la Quebrada de los Cuervos
escuché una vocalización fuerte y diferente al resto. Cautelosamente me arrastré
por el suelo hasta lograr ver de donde provenía, era una pareja de garzas
amarillas, garza también conocida por chiflón. Si bien no tenía el telescopio,
la técnica del suelo me llevó a una distancia aceptable para poder disparar con
el 300mm. Si bien la conocía, nunca la había tenido cerca, y la verdad … es
maravillosa, su colorido me dejó sin habla. Espero les guste como a mi.
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