En la mañana del fin de semana pasado entre los roquedales
buscaba un benteveo su alimento matinal.
Tuve la suerte no sólo de ver un ave que a pesar de ser muy
común a mi me gusta mucho, sino que también pude fotografiarlo mientras
desayunaba.
Para comenzar, lo haremos con unas imágenes de su estampa. De un perfil...
... del otro perfil.
Su pico es verdaderamente poderoso.
Hora de comer, y para eso no hay mejor que un lombriz de mar (Nereis arenicola).
Comenzó con el golpeteo contra la piedra.
Una y otra vez...
Mmmmmm.............
Girando la cabeza a gran velocidad llevaba su presa contra la roca.
Ya no queda más que las marcas sobre la piedra. ¿Que tal?, me quedé con hambre.
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