La garcita blanca (Egretta thula) es un ave de gran hermosura. Su blanco
inmaculado suele recortarse en el cielo durante un vuelo muy particular. Cuando
recorro la costa suelo verlas solas o en parejas, a veces tres o cuatro juntas.
El plumaje nupcial es formidable, le
surgen plumas muy largas llamadas egretes en la nuca, el dorso y el pecho que
la visten para la ocasión. Si hay algo que realmente me gusta es verlas en esos
días invernales o primaverales de grandes vientos, su plumaje revolotea dándoles
un aspecto muy especial y sumamente gracioso.
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